Los regalos de empresa enamoran, de eso no hay duda. Pero si lo hacen no es por arte de magia. Todos entendemos, de una manera u otra, que algo gratis tenga un impacto positivo en aquella persona que lo recibe. Hasta ahí, todos de acuerdo. La duda surge en el punto de preguntarnos si ese regalo promocional lleva realmente al usuario a realizar la compra de los productos o servicios que esa marca ofrece. La respuesta es sí, y tampoco es cuestión de magia. En el post de hoy hablaremos de la explicación que se esconde detrás del éxito de las campañas con regalos de empresa. Algo de marketing, mucho de psicología y algunos detalles más que sin duda te sorprenderán, todo ello teniendo en cuenta que no es necesario contar con grandes presupuestos ya que hay un amplio abanico de regalos publicitarios por menos de un euro. Continúa leyendo y descúbrelo por ti mismo.
Fue Robert Cialdini, en su libro Influencia: Ciencia y práctica quien detalló la Ley de Reciprocidad como uno de los seis principios de la influencia. Y lo hizo bajo los términos de una definición que apela a algo así como una respuesta condicionada por la cual una persona se ve obligada a devolver la gratitud de un regalo, incluso aunque no quiera. Bajo estos términos, la Ley de Reciprocidad se explica contextualizada en un marco educativo basado en principios como aquel tan popular de ‘es de bien nacidos ser agradecidos’.
Bajo este principio nos han educado por una vía por la que, como seres humanos, nos sentimos en deuda cuando alguien nos hace un regalo o un favor. Lo mismo ocurre cuando vamos a un supermercado o a una heladería y, como promoción, nos dan a probar algún producto. Tanto por el gusto que pueda tener como por el hecho del regalo, los consumidores serán más propensos a comprarlo por el mismo hecho de la gratitud correspondida, o Ley de Reciprocidad.
Tanto si hablamos del contexto negocios, como en un supermercado o en nuestro día a día, cuando alguien nos hace un favor nos vemos condicionados por el principio de reciprocidad y nos sentimos en deuda. Es una de las vías utilizadas también por las teleoperadoras telefónicas, que generan vínculos emocionales con programas de fidelización y hacen grandes descuentos sobre productos que, en un principio, los usuarios no necesitan ni piensan comprar. Pero el descuento está ahí y el mecanismo de gratitud correspondida también. Y la compra se produce.
· El poder de los regalos promocionales
En el caso de los regalos promocionales como una bolsa de tela personalizada, bolígrafos corporativos o botellas con logo de empresa, la relación entre las marcas y los usuarios, clientes o trabajadores, se rige por la ley de reciprocidad, sin duda y, un claro ejemplo son los asistentes a una feria o evento en el que se reparta merchandising. De hecho, como ya vimos en post anteriores, más del 70% de las personas que reciben regalos publicitarios son más propensos a hacer compras de productos y servicios de esas marcas, según la Asociación Internacional de Productos Promocionales (PPAI).
Los regalos promocionales son más que simples obsequios. Son representaciones tangibles de la apreciación y el compromiso de una empresa con sus clientes y colaboradores. Al ofrecer regalos promocionales, las empresas no solo generan una sensación de gratitud, sino que también activan la ley de la reciprocidad, creando un ciclo de intercambio mutuo.
Y no olvidemos un factor añadido: el hecho de poder probar los productos en casos de muestras gratuitas. Una manera excelente de poder conocer el producto de primera mano y acabar haciendo la compra de una manera segura y con conocimiento. Al eliminar la incertidumbre del resultado final, el usuario gana en confianza porque sabe, ha tocado y probado y ha visto en primera persona el producto que va a adquirir.
Cuanto más exclusivos son los regalos promocionales más intensos son los efectos de la Ley de Reciprocidad. Que los usuarios reciban artículos publicitarios de alta gama, o muy específicos, por ejemplo en el stand de una feria empresarial o como regalo de Navidad. Y muy probablemente sea comprando los productos de la marca o continuar contando con sus servicios. Es decir: el objetivo de la compañía hecho realidad.
· Cómo aplicar efectivamente la ley de la reciprocidad con regalos publicitarios
- Conoce a tu audiencia: Antes de seleccionar un regalo promocional, es fundamental comprender los gustos, preferencias y necesidades de tu audiencia. Un regalo personalizado demuestra un nivel más profundo de consideración y tiene un impacto más significativo.
- Calidad sobre cantidad: Opta por regalos de alta calidad en lugar de inundar con obsequios de baja calidad. Un artículo duradero y útil reflejará positivamente en tu marca y aumentará la probabilidad de que se genere reciprocidad.
- Momento oportuno: El timing es esencial al aplicar la ley de la reciprocidad. Ofrecer un regalo promocional en momentos estratégicos, como durante eventos especiales, lanzamientos de productos o celebraciones clave, puede maximizar su impacto.
- Incorpora el branding de manera sutil: Asegúrate de que tu marca esté presente en el regalo de manera sutil y elegante. Esto no solo refuerza la identidad de tu empresa, sino que también sirve como un recordatorio constante para la persona receptora.
- Fomenta la interacción: Combina los regalos promocionales con estrategias que fomenten la interacción, como concursos en redes sociales o eventos en los que los participantes puedan ganar premios. Esto no solo crea emoción, sino que también fortalece la conexión con tu audiencia.
Con poca magia, mucha psicología y una buena dosis de marketing, los regalos promocionales siguen triunfando. Contáctanos para conseguir los artículos publicitarios que mejor encajan con tu público. ¡Tenemos lo que necesitas!
Regalos personalizables
Influye la ley de reciprocidad que comentáis, sin duda, pero creo que los detalles corporativos lo que buscan es reforzar el branding, la imagen de marca más allá de su intención comercial. No todas las pequeñas empresas se lo pueden permitir pero entregar detalles de este tipo a clientes, partners o usuarios por ejemplo en ferias y eventos, es una magnífica manera de promocionar tu marca.