En un post anterior os hablamos sobre marketing verde, el cual es una práctica cada vez más extendida en las empresas por los beneficios para el medio ambiente y para la imagen de marca. En él mencionamos que se debía evitar a toda costa el Greenwashing o ecoblanqueo.
Ha llegado la hora de hablar sobre esta práctica que, lamentablemente, también está extendida. Sigue leyendo y descubre qué es, cómo reconocerlo y cuáles son las consecuencias de llevarlo a cabo.
· ¿Qué es el Greenwashing?
El Greenwashing o ecoblanqueo es una estrategia de marketing. Las empresas lo utilizan para parecer más sostenibles cuando, en realidad, no lo son. Muchas compañías que contaminan utilizan este concepto para mejorar su imagen de marca sin aportar nada positivo. Es decir, la idea está en comunicar que se es sostenible y respetuoso con el medio ambiente cuando, en realidad, siguen realizando procesos que fomentan la contaminación y el cambio climático. Generalmente, el problema se encuentra en los procesos de producción.
El emprendimiento sostenible es un tema que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años. Por una buena razón, un estudio de Wageningen University & Research muestra que existe una creciente demanda de productos que cumplan con este requisito. Sobre todo, uno de los regalos publicitarios que más se mencionan son los recipientes (botellas, tazas, vasos…) haciendo también hincapié en logotipos e impresión de textos, de manera que se use menos tinta y, por tanto, el proceso de producción sea más respetuoso.
Por suerte, la concienciación entre las personas crece y estas son cada vez más exigentes. Sin embargo, las afirmaciones sobre la sostenibilidad de ciertas marcas no siempre son fiables. Algunas organizaciones intentan engañar a los consumidores sobre este hecho y, por eso, ha surgido el concepto de ecoblanqueo. Para muchos usuarios es complicado determinar si realmente se está haciendo un greenwashing o si, realmente, hay marketing verde detrás. Hay que generar conciencia sobre ello e informar.
· Las consecuencias negativas del greenwashing
En nuestra vida diaria, cuando hacemos la compra, puedes encontrarte cada vez más productos con envases en los que las palabras “ecológico”, “natural”, “verde” o “sostenible” aparecen. Asimismo, no suele haber una evidencia concreta en cuanto a que se pueda afirmar que realmente respetan la definición de estos conceptos y no se muestra claramente por qué deberían ser considerados así.
Cuando se trata del impacto en las personas y el planeta el ecoblanqueo es muy perjudicial. La organización puede tener la intención de ser parte de la solución al problema, pero lo único que hace es que este sea más grande. Esta imagen atraerá nuevos clientes que fomentarán una práctica que perjudica directamente al medio ambiente, siendo a su vez estos parte del problema también de manera inconsciente. Un producto etiquetado como ecológico atraerá más la atención que uno que no tenga esta característica escrita en su packaging. El consumidor creerá que este es una mejor alternativa que el que no dispone de esta etiqueta y, quizás, el artículo que no está categorizado como sostenible sí que sea mejor que el que se promociona como eco.
Impacto en la sostenibilidad
El greenwashing se une a lo que ahora conocemos como infoxicación. Las noticias falsas socavan la confianza en los medios y el ecoblanqueo hace que se pierda la confianza en las empresas que sí que apuesten realmente por prácticas sostenibles.
Es decir, no solo se estarán fomentando procedimientos que dañan al planeta si el engaño surge efecto sino que, además, cuando este sea descubierto, se dejará de confiar en las marcas que realmente están apostando por ayudar al medio ambiente.
Como consumidores, estamos siendo bombardeados constantemente con estos productos en el supermercado. La investigación que hemos mencionado muestra que, aproximadamente, 4 de cada 5 personas se sienten engañadas por estas palabras de moda sobre sostenibilidad, lo cual muestra estos problemas de confianza que hemos mencionado.
En conclusión, el Greenwashing no solo perjudica de manera directa al medio ambiente, sino que además frena una transición hacia la sostenibilidad.
· ¿Cómo puede reconocer el greenwashing el consumidor?
Las empresas que son verdaderamente sostenibles reforzarán sus afirmaciones con hechos contrastables y demostrables. Por tanto, aquellas que no aportan este background de manera clara podrían considerarse como sospechosas.
Los ingredientes o materiales naturales siempre se ponen en primer plano, aunque es probable que estén presentes en pequeñas cantidades. Piensa siempre en las palabras de moda como son “natural”, “ecológico” o “amigable con la naturaleza”.
Las afirmaciones irrelevantes están muy resaltadas. Hay que comprobar si esta etiqueta ambiental realmente ha sido realizada por un organismo independiente autorizado o por la propia marca. Un buen ejemplo sobre este suceso es el de Nestlé, que tuvo que enfrentarse a una demanda por sus etiquetas “éticas” en artículos sobre cacao mientras supuestamente fomentaba la deforestación.
¿Es transparente la marca sobre su política de sostenibilidad? ¿La información es vaga o es difícil acceder a ella? Entonces hay posibilidades de que no se pueda confiar.
· ¿Cómo se puede evitar el Greenwashing como empresa?
Ser acusado de ecoblanqueo, incluso si resulta ser falso, puede dañar la imagen de la compañía. Para evitarlo, hay que saber cómo no caer en este lavado verde. Es importante estar a la altura de las afirmaciones ecológicas y sostenibles.
Específicamente, hay que mencionar el beneficio que aporta este artículo para la sostenibilidad. Sé transparente con lo que con lleva. En lugar de decir “este producto es ecológico” haz una afirmación específica como “Este proceso de producción conlleva un 67% menos de agua gracias al desarrollo de nuestra nueva maquinaria”.
Justifica las afirmaciones con hechos actuales. Hay que aportar unos motivos claros con datos que sean contrastables. ¿No está claro el grado de sostenibilidad de tu proceso? Sé transparente al respecto.
Y, por supuesto, no hay que destacar acciones irrelevantes que no tengan nada que ver o que no generen ningún impacto. Además, hay que evitar frases ambiguas y que no sean concretas.
Finalmente, todo aquello que sea visual y llame la atención debe proporcionar una información útil y clara al consumidor. Una marca confiable transmitirá sus esfuerzos en ecología de manera concreta y demostrando cuál es su valor añadido.
Esperamos que este post te haya ayudado tanto a identificar el greenwashing como a evitarlo en caso de que sea una compañía.
¿Tienes algún ejemplo de ecoblanqueo? ¿Has tenido una experiencia relacionada con ello? ¿Qué hace tu compañía para evitarlo? ¡Te leemos en la sección de comentarios!