Fairtrade, un concepto del que todo el mundo ha oído hablar. Cada semana, en nuestras compras, podemos fijarnos en que varios productos cuentan con el logo que indica que algo es de comercio justo e, incluso, hay tiendas que disponen de una sección dedicada a estos artículos.
Pero, ¿qué es? ¿En qué consiste esta práctica? ¿Realmente es algo que contribuya a ayudar a terceros? Vamos a profundizar en este tema a continuación. ¡Sigue leyendo!
· ¿Qué es el Fairtrade?
El Fairtrade o comercio justo es una práctica que ayuda a los agricultores y sus empleados en varios países en vías de desarrollo para obtener una mejor posición comercial. De esta forma, pueden obtener un buen precio por sus productos, permitiéndoles realizar su labor de manera más equitativa y que, así, puedan vivir de ello. Asimismo, la idea es la de contar con un mundo que brinde oportunidades justas e iguales para todos.
Este tiene una serie de beneficios para los pequeños agricultores. Muchos de ellos viven con la incertidumbre sobre cómo serán sus ingresos ya que estos dependen de factores externos como el clima o fluctuaciones de precios de mercado mundial. Sin unos ingresos suficientes, estos no podrían invertir en mejores equipos para sus negocios y, en consecuencia, al no poder realizar su actividad, la economía general se podría resentir.
El comercio justo quiere cambiar esto estableciendo estándares que permitan a estas personas a desarrollar su trabajo y, por ende, a su comunidad.
· Beneficios del comercio justo
El principal beneficio del Fairtrade está en brindar una mejor posición a los agricultores para que puedan negociar el precio con sus compradores potenciales. Para ello, es fundamental que todos trabajen unidos y se organicen de manera conjunta, evitando enfrentarse entre sí y creando guerras de precios.
Por supuesto, esto nos lleva a las conocidas economías de escala ya que podrán disponer de más recursos para su explotaciones. El transporte, procesamiento y exportación también pueden realizarse de manera coordinada.
Otro punto fundamental es el recibir una buena formación. Esta permitirá a los trabajadores aumentar la producción y mejorar la calidad de sus artículos. Los propios agricultores pueden intercambiar ideas sobre prácticas optimizadas y sostenibles.
Además, pueden influir conjuntamente en el desarrollo de su comunidad a través de inversiones en soporte técnico y logística.
Finalmente, el comercio justo ayuda al grupo más vulnerable aquí, en este caso los trabajadores, al poder contar con mejores condiciones y evitar que se aprovechen de ellos.
· ¿Cómo funciona el Fairtrade?
Ahora mismo hay 1210 cooperativas de agricultores en todo el mundo afiliadas al comercio justo. Pero… ¿Cómo se lleva a cabo esta labor?
Para poder mejorar la seguridad de los ingresos, el Fairtrade establece una serie de condiciones comerciales estrictas.
Primero, los compradores que adquieran sus productos están obligados a pagar un precio mínimo, el cual debe permitir a los agricultores, al menos, cubrir los costes de una producción sostenible.
Segundo, se establece una prima, la cual permite un mejor desarrollo. Las cooperativas reciben una prima por parte de sus compradores además del precio que pagan. Las organizaciones son las que decidirán, después y de manera conjunta, a qué se dedicará esta prima (desarrollo empresarial, mejorar infraestructuras o productividad, directamente a los empleados…)
Tercero, se instauran criterios sociales y ambientales que deben cumplirse, de manera que se garantice una agricultura respetuosa con el medio ambiente y con los derechos laborales.
· Los estándares del comercio justo
Hemos comentado el tema del precio y la garantía de la sostenibilidad y los derechos así como el proceso a seguir. Ahora explicaremos cuáles son los estándares que aseguran que los pequeños agricultores tengan una fuerte posición de negociación en el sector.
· Transparencia: Los productos deben ser trazables de manera sencilla, permitiendo que estos no se mezclen con los convencionales y pudiendo identificar claramente que son de Fairtrade. Los ingredientes, además, deben comprarse a empresas registradas con Fairtrade o FLOCERT.
· Composición de los productos: Para los artículos que constan de un solo ingrediente, el 100% debe tener la certificación de comercio justo. Para aquellos que disponen de varios, al menos el 20% deben pertenecen a agricultores certificados.
· Comprobación: Para garantizar que todo lo anterior se lleva a cabo, por descontado, se deben realizar controles periódicas. Para ello, se envían informes trimestrales sobre compras, procesamiento, ventas y, posteriormente, la organización Fairtrade hace las comprobaciones oportunas. También hay controles in situ por parte de inspectores calificados que pertenecen a organismos independientes como el FLOCERT.
· Derechos humanos: Como ya hemos comentado, el comercio justo promueve los derechos humanos, como el derecho a la vida, la vivienda, la no discriminación, la salud, la libertad de expresión, los del ámbito laboral… Para ello, se aplican estrictos estándares medioambientales y humanos que son fundamentales, contando con sus propios mecanismos de verificación y control.
Si quieres saber más acerca de este punto te invitamos a que visites la web dedicada a los estándares de Fairtrade.
· Productos de comercio justo
¿El Fairtrade ha llegado al merchandising corporativo? La respuesta es sí. Al tratarse de un ámbito muy concreto enfocado en la agricultura, sobre todo podemos encontrar aquellos que sean textiles, como pueden ser bolsas de tela, neceseres, manteles, delantales o mochilas.
Actualmente, estamos trabajando en incorporar más regalos publicitarios relacionados con el comercio justo y, si lo deseas, puedes consultar nuestros productos de Fairtrade para tu próxima campaña.
¿Qué opinas acerca de esta práctica? ¿La promueves a nivel particular o empresarial? ¡Déjanos tus comentarios en la parte inferior!