Un reciente artículo de la publicación británica The Times destaca la importancia del mentoring profesional para mejorar la productividad de las empresas y sus trabajadores. De hecho, el texto pone de manifiesto que existe una brecha real de productividad entre el Reino Unido y Estados Unidos. Mientras que en el primer país los programas de mentoría no están extendidos, esta práctica sí que está implementada en el 97,5% de las empresas americanas posicionadas entre las Fortune 500.
Así pues, los datos hablan por si solos: Las compañías que apuestan por el mentoring profesional tienen mayor perspectiva de éxito. Sin embargo, ¿Qué es exactamente?
· Programas de mentoría: formación y apoyo en el entorno laboral
El mentoring empresarial se define como el proceso de relación profesional en el que una persona con más experiencia y conocimientos ayuda, orienta y guía a otra con menor bagaje. El objetivo de dicha práctica es ayudar al aprendiz tanto en su carrera profesional como en su crecimiento personal. Además, se trata de un ejercicio que puede resultar ser muy útil en las estrategias de onboarding de las empresas.
En concreto, el mentor deberá explicar al empleado más junior sus funciones y tareas, así como presentarle contactos e introducirle poco a poco en el entorno empresarial en el cual se desempeñan. También deberá actuar como apoyo en momentos profesionales complejos y de alta presión.
No obstante, es importante no confundir el proceso de mentoría con el coaching. Y es que el mentoring se distingue por tratarse de un proceso a largo plazo centrado en el desarrollo profesional y que se sirve de la experiencia, errores y aprendizajes del pasado, para aconsejar y guiar. Raramente pone el punto de mira en el futuro, más bien se centra en el día a día.
· Diferentes tipos de mentoring. ¿Cuál podría ser el más útil en tu empresa?
Existen diferentes tipos de mentoría empresarial, ya que cada persona, empresa u objetivo presenta diferentes necesidades. A continuación, te contamos los más comunes y los que, en términos generales, se traducen en mejores resultados.
- Tradicional: Se basa en una relación uno a uno entre un profesional experimentado y una persona con menor experiencia en el sector. Es el método más común y efectivo en el desarrollo profesional.
- Grupal: Un solo mentor lleva la mentoría de un grupo reducido de aprendices. En este caso se potencia el aprendizaje colaborativo y la puesta en común de experiencias.
- Inverso: Un empleado más joven y, en general, con menos experiencia, actúa como mentor para enseñar habilidades específicas a un profesional de mayor antigüedad. Se trata de una estrategia común en el uso de nuevas tecnologías y programas innovadores.
- Cruzado: Se aplica entre personas de diferentes áreas o departamentos dentro de una misma empresa. Útil para enriquecer el aprendizaje mutuo y para capacitar a los trabajadores de conocimientos más amplios.
- E-mentoring: Utiliza herramientas digitales para facilitar la comunicación y el intercambio de conocimientos entre las dos partes. Es una opción interesante en casos de brechas geográficas.
· Claves para implementar un programa de mentoring empresarial eficaz
Aquellas empresas que buscan incorporar programas de mentoría como estrategia del departamento de Recursos Humanos deben saber cómo hacerlo y que pasos seguir. Es importante que proyectos como este no se implementen de cualquier forma, que tengan un seguimiento adecuado y que siempre cuenten con un análisis posterior de éxito y de ajuste de cambios hasta dar con el método que mejor se adapte a sus necesidades.
Sin embargo, existe un esquema general que puede ayudar a comenzar el proceso de puesta en marcha. Y aunque no se siga exactamente al pie de la letra puede ser muy útil para generar una idea genérica a todas las empresas interesadas en el mentoring.
En primer lugar, es esencial definir los objetivos del programa que se quiere aplicar. Es decir, hay que poner en común que propósito se persigue: desarrollo de habilidades, fomento de la inclusión y diversidad, adaptación al cambio, aumento del rendimiento… Incluso fidelización de empleados y lucha contra la rotación de personal.
Una vez decidido el objetivo es importante llevar a cabo una exhaustiva elección de mentores. Se trata de un proceso delicado, ya que deben tenerse en cuenta muchos factores. Desde la experiencia y habilidades, hasta el interés en el proyecto, el trato con las personas y el volumen de trabajo, entre otros.
Una vez finalizado este proceso se iniciará el emparejamiento entre mentores y aprendices (también conocidos como mentees) en función de los roles que desempeñen cada uno dentro de la empresa. Posteriormente, los mentores serán los encargados definir la estructura del programa y ponerlo en común con el mentee. En esta se presentará un cronograma con reuniones, pasos a seguir y explicaciones sobre el método de seguimiento y feedback.
Por su parte, empresa y mentores deberán llevar un seguimiento a parte y establecer un método de evaluación para poner en común y valorar la efectividad del programa, así como los cambios y ajustes que deben aplicarse.
Así pues, implementar un programa de mentoring empresarial eficaz puede ser muy útil y aportar grandes beneficios a las compañías y sus trabajadores. Sin embargo, requiere una planificación estructurada y un seguimiento adecuado. No basta con ponerlo en marcha. Es fundamental analizar su impacto y ajustar su desarrollo según las necesidades de la empresa y los empleados.